Como ambas eran mujeres, ¿no sería más peligroso que fueran allí? Y además la secretaria había dicho que Marisela casi fue...
—¿Por qué fue ella quien casi fue...? ¿El objetivo inicial de esa bestia no era Isabella? —preguntó Daniel frunciendo el ceño.
—¿Está seguro de que quiere escuchar los hechos tal como ocurrieron? —le preguntó la secretaria.
Daniel puso cara seria, ya presentía algo, y dijo fríamente:
—¿No me estarás diciendo que fue una trampa de Isabella, que intencionalmente atrajo a Marisela allí?
—No, no, la señorita Fuentes de aquel entonces aún no era tan malvada —se apresuró a decir la secretaria.
Daniel se sintió aliviado, pero antes de terminar de relajarse, escuchó a la secretaria continuar:
—Pero tampoco faltó mucho para serlo.
—Porque después de llamar a Marisela, cuando ambas estaban huyendo, la señorita Fuentes entró a una habitación y cerró la puerta con seguro, no dejando entrar a Marisela.
—Marisela logró entrar después a otra habitación y escapó del peligro. Es