Germán sonrió y ya no dijo nada más.
Miró hacia el centro de la pista, observando el rostro sonriente de la chica, pensando para sí: sí, él como amigo, naturalmente debía proteger y apoyar la felicidad de Celeste.
En ese momento, en el centro de todas las miradas, la primera mitad del baile ya había pasado. Con la segunda mitad terminaría, y Celeste solo se movía siguiendo los pasos de Daniel, sin que ambos intercambiaran una sola palabra.
Justo cuando había estado conteniendo las ganas por un rato y se preparaba para preguntarle a Daniel por qué había venido a invitarla, lo escuchó hablar primero:
—¿Podrías dedicarme un poco de tiempo después? Tengo algunas preguntas que me gustaría hacerte.
Celeste levantó la cabeza para mirarlo y dijo: —¿Qué preguntas?
—Sobre tu amiga, Marisela, es decir, la exesposa de Lorenzo —respondió Daniel.
Celeste frunció ligeramente el ceño. ¿Para qué quería Daniel averiguar sobre Marisela?
—Primero dime qué quieres preguntar, y después decidiré si respondo