—¿La policía ya encontró a los criminales de esta vez? —preguntó Daniel.
No era que quisiera justificarse, tampoco le importaba justificarse, pero temía que...
Ulises y Lorenzo lo señalaran como el resultado final.
—Todavía no, Juan se sabe esconder muy bien, los vecinos dicen que no ha aparecido en estos días —respondió el secretario.
—Además fui a la estación de policía a revisar su expediente criminal, efectivamente es un violador, y además fue con su hijastra Amapola...
El secretario no siguió hablando, sintiendo que ese tipo de hombres eran una existencia vergonzosa.
Daniel no dijo nada, tenía los ojos fijos en la computadora sombríamente, mientras reflexionaba, su teléfono mostró un mensaje de un número desconocido.
Naturalmente, quien tuviera su número personal no era una persona cualquiera, y la otra persona también se identificó:
—Soy Ulises Bustamante, conseguí tu número de teléfono de mi papá, la imagen de abajo es de cuando Marisela resultó herida cuando Isabella mandó a se