Isabella por supuesto que no podía verse con él, aunque el encargado hubiera dicho que el comprador no se quería echar para atrás, ¿quién sabía qué podía pasar en persona?
Pero justo cuando estaba a punto de negarse, dudó por un momento.
El tipo podía gastarse 10 millones de dólares en un collar como si nada, su poder económico y estatus definitivamente estaban al mismo nivel que Lorenzo.
Ya sabía muy bien que los hombres que pescara después jamás podrían estar a la altura de Lorenzo, entonces...
—¿El que me quiere ver es hombre o mujer? —preguntó Isabella.
Si era mujer entonces lo descartaba de una vez, pero si era...
—Un caballero —respondió el otro.
—¿Y qué edad tiene? —Isabella preguntó rápidamente.
Del otro lado hubo una pausa, como si la pregunta lo hubiera confundido un poco.
—No pregunto su nombre ni sus antecedentes, pero la edad sí me la puedes decir, ¿no? —agregó Isabella.
El otro dudó por unos segundos, el comprador tenía un trasfondo poderoso, y sus ganas de contactar al v