Germán dijo: —Claro, como eres su hermano y la ves todos los días, obviamente no vas a notar ningún cambio...
Pero esto no fue un cambio cualquiera, pasó de ser una niña a convertirse en toda una belleza, hasta yo me quedé sin reconocerla...
—Pues no la había visto en seis años, es lógico que note la diferencia —le contestó Germán a Ulises.
—Pero si en la universidad siempre andabas en mi casa, viste a mi hermana un montón de veces, y en ese entonces estaba en la prepa, ya tenía más o menos definidos sus rasgos —le dijo Ulises.
Germán respiró hondo, se tragó las palabras que estaba a punto de decir, no tenía ganas de ponerse a discutir este tema con este tipo tan cerrado, porque sabía que podían estar ahí hasta el amanecer.
¿Cómo van a ser iguales los diecisiete que los veinticuatro?
Las mujeres a esa edad son como flores que están floreciendo, a los diecisiete son apenas un capullo, pero a los veinticuatro ya están en plena floración.
Y además, ¿¿acaso no sabes que el maquillaje es un