—No es eso, Celeste realmente tenía algo que hacer, no es que no quisiera verte —explicó Marisela defendiéndola.
—Me dijo que eres muy confiable y que me ayudarás a ganar el juicio.
Al escuchar esto, Germán sonrió con ojos risueños, presumiendo:
—Por supuesto que ganaré~
—Fuera del bufete San Miguel del Monte, ¿quién más se atrevería a tomar tu caso? Nadie quiere meterse con Lorenzo.
—Solo yo, que tengo poder, influencia y talento. No le temo a nadie~
Marisela observó al hombre narcisista, pensando que incluso superaba a Ulises en ese aspecto. Al menos Ulises no era tan exagerado.
Por su edad, dedujo que Germán debía ser amigo de Ulises, y por eso conocía a Celeste.
Realmente, cada oveja con su pareja.
—Gracias de antemano —agradeció Marisela.
Este abogado Germán también debía tener conexiones importantes, por eso podía enfrentarse a Lorenzo. Eso aumentaba sus probabilidades.
—No hay de qué~ Ver a Lorenzo derrotado por mi mano, especialmente en su divorcio, me llena de orgullo~ —sonrió