Capítulo 244
Marisela escuchó y simplemente respondió:

—Normalmente hasta el dinero para la compra lo pongo yo. Él nunca me dio ni un centavo.

Germán quedó impactado, atónito, perplejo. Se dio una palmada en el muslo y comenzó a maldecir indignado:

—¡Carajo! ¿Qué clase de basura humana es? ¿Ni siquiera te da para la comida? ¿Tú lo pagas todo?

—Dios mío, ¿a esto le llamas casarte con un millonario? ¿No te habrán engañado, niña?

—¿Lorenzo es tan tacaño que tampoco te da regalos ni dinero en tu cumpleaños, aniversarios o días festivos? —preguntó Germán.

Marisela asintió con expresión impasible.

Germán suspiró resignado. ¡Vaya! En el círculo de los hijos de millonarios había aparecido semejante avaro, ¡una verdadera vergüenza para su clase!

—Así que gasta tanto dinero en su amante, pero no te da ni un peso a ti —observó Germán.

—¿Desecha a la esposa fiel como zapato viejo y trata a la amante como un tesoro?

Germán se quedó sin palabras. La bajeza moral de Lorenzo era tal que ni siquiera podía criticarl
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