El sonido del teléfono despertó a Laura a primera hora de la mañana. La luz del sol apenas entraba por la ventana, pero ella estaba despierta, con una sensación de determinación en el pecho.
Sabía que ese día sería crucial, que todo lo que había planeado en silencio durante años comenzaría a tomar forma concreta. Tomó su teléfono y, sin dudar, marcó el número de la empresa de publicidad donde trabajaba como asistente.
“Hola, buenos días” —saludó con voz firme la misma que había sido un poco temblorosa la noche anterior.
Del otro lado, una voz familiar respondió rápidamente.
“Hola, Laura. ¿Todo bien?”
“Sí, gracias. Quiero hablar contigo sobre un asunto importante. Necesito que coordines conmigo una reunión con el director y con Carlos López, mi jefe. Es urgente.”
Hubo un silencio breve, pero Laura pudo notar la atención en la voz del otro.
“Por supuesto, ¿de qué se trata?”
“Es sobre mi futuro laboral. He tomado una decisión que cambiará mi vida y necesito que estén al tanto.”
A