El avión surcaba el cielo, dejando atrás San Martín de los Andes. Laura observó por la ventana cómo las nubes parecían reflejar el torbellino de emociones dentro de ella. Laura viajaba sola y Alex se fue en otro vuelo a petición de Laura que no quería que él se fuera en el mismo vuelvo que ella de regreso a Venezuela.
La decisión estaba tomada, pero ¿estaba realmente lista para regresar a Venezuela?
El viaje fue largo, y aunque intentó dormir, su mente no se lo permitió. Pensaba en lo que le esperaba, en Los Laureles, en las sombras de su pasado que podrían reaparecer.
Cuando finalmente aterrizó en Caracas, sintió el golpe del calor contrastando con la brisa fresca de Argentina. Todo era diferente.
Laura tomó su maleta y se dirigió hacia la salida del aeropuerto, donde la esperaba su hermana Sofía que en cuanto se vieron se abrazaron y se decían lo mucho que se extrañaban, luego se dirigieron a su casa las dos hermana
Laura y Sofía entraron a la casa donde habían crecido juntas.