93. Kira siente culpa y las noticias no son buenas
— ¿Mi bebé está bien, doctor? — le preguntó angustiada, mientras sus ojos seguían derramando lágrimas sin control. Ese pedacito de ser le importaba más que su propio bienestar, y de no haber sido por el valiente acto de Jack… Dios, ni siquiera podía llegar a imaginarlo, pero ahora él estaba allí, debatiéndose entre la vida y la muerta.
Después de un largo instante, el amable hombre levantó la mirada y sonrió.
— No hay nada de que preocuparse — le dijo —. Los latidos del bebé se escuchan fuertes y regulares. ¿Quiere aprovechar que está aquí para que le hagamos una ecografía?
La joven primeriza dejó salir un suspiro de alivio y sus ojos brillaron. Después asintió. Dentro de todo lo que estaba pasando quería ver a su bebé, y darle la certeza a Jack, cuando se recuperara, porque confiaba en que iba a hacerlo, que el hijo de ambos seguía siendo muy sano y fuerte.
Con calma, el doctor lo preparó todo en la habitación mientras ella se tumbaba en la camilla. El frío gel tocó su vientre ligera