105. Señor y señora Akerman
Después de haber estado esperando a Jack toda la noche, Kira se quedó dormida.
La mañana siguiente despertó gracias a una de las enfermeras de turno.
— Buenos días, señorita, le he traído el desayuno — le dijo la mujer con entusiasmo, colocando la charola con alimentos encima de la mesa que estaba junto a la cama.
Kira se incorporó con una sonrisa torcida y musitó un tierno gracias, después le preguntó por el hombre que se había estado quedando a su lado durante las últimas noches, pero la enfermera no pudo ayudarla, pues no había vuelto a verlo desde el día anterior.
— ¿Hay algo más que necesite? — le preguntó con predisposición.
Kira suspiró.
— La verdad… me gustaría darme una ducha.
— Por supuesto que sí, venga, déjeme ayudarla. El agua tibia le hará muy bien.
Minutos más tarde, se encontraba perfectamente aseada y ya había ingerido la mitad de los alimentos.
Durante el resto de la mañana, había intentado contactar a Jack, pero nada, él no contestaba, y así mismo ningún miembro del