Sam se despega de mi y casi se va, seguramente piensa que es una más, pero sujeto su mano entrelazándola con mi mano, ella sigue siendo prioridad para mí.
—¿Quién es ella? —Sam me pregunta a Alessandro intrigada y le presto atención.
No, esto no, no quiero esto, mi puta y mi ex, estoy confundido, ambas son muy especiales para mí, aunque María fue primero, me hizo daño por lo que ha perdido su encanto, Sam no me haría eso o no lo sé, María es la prueba de que no creo en las mujeres.
—Te contaré luego, ¿si? —le digo y ella asiente. Ella me planta un de sus ricos besos y luego se despaga haciendo que extrañe su calor de inmediato.
—Ya vengo, voy al baño —me dice ella muy segura y yo asiento, le doy un beso corto y la dejo irse. María se acerca a mí de brazos cruzados.
—Así que tienes novia... —tiene un tono celoso.
—Es complicado... Y no es de tu incumbencia, no quiero que le hables ni nada —le advierto.
—Regrese por ti —me recuerda enojada.
—Eso dices, pero eso no significa que