—Alessandro debe estar muy inseguro como para colocarte guardaespaldas —comenta Agustín cuando la ve, él caminaba en dirección contraria y ella lo mira mal.
—No es tu asunto. —No estaba de humor para discutir con Agustín, se estaba comportando como un niño.
Ella siguió caminando hasta la piscina, podía encontrar a toda la familia lista, todos llevaban un bolso como si se preparaban para ir a la playa, Sam los ve extrañada ya que no entiende por qué tantas cosas si tenían la piscina al frente, además, no veía a Alessandro por ningún lado. De repente una mano cubre sus ojos y besan sus labios.
—Dicen que robar está mal, claramente yo nunca lo haría, pero un beso tuyo Sam, con gusto te lo robaría. —Le quita la mano y lo ve al frente de ella con una caja de bombones.
—Técnicamente no puedes robar algo que no es tuyo. —Él le hace un mal gesto pues le ha quitado el romance—, y te meterían preso por robar.
—¡Uhh! ¿Me castigarás? —Arquea una ceja perversamente.
—Pues sí, yo sería la policía y