El vehículo se detuvo en el estacionamiento de la mansión Lancaster. Las luces LED no se prendieron ya que había amanecido. Pensar que pasamos toda la noche en esta… desagradable situación, era agotador.
Estuvimos en la recaudación, después en el parque, en el callejón, en el hospital y al final, aquella horrible, larga y tortuosa conversación en el auto.—Quiero estar presente cuando interrogues a Travis —dije antes de que Frederick apagara el motor.Sus dedos se tensaron alrededor del volante.—No.—¡No es una petición! —hablé con fuerza.—Justamente por eso —Giró hacia mí, sus ojos azules me detallaban con atención, deteniéndose en mi pómulo hinchado por la bofetada que me propinó Travis—. El doctor dijo reposo. Y no pienso exponerte a más violencia hoy.Abrí la boca para protestar, pero él me tomó la mano con una suavidad que no esperaba.—Confía en mí esta vez, Charlotte. —Su pulgar acarició m