Madelaine había pasado a visitar a Brenda en el piso. Ambas estaban sentadas cómodamente en el sofá, hablando animadamente.
—De manera que Jamal me propuso vivir juntos —dijo Madelaine con una sonrisa entusiasta—. Por supuesto, acepté. Al principio me sorprendió bastante, pensé que sería algo precipitado, pero me di cuenta de que ambos deseamos lo mismo. Incluso me ofreció la opción de comprar otro lugar y decorarlo a mi gusto, pero me pareció innecesario. Me gusta muchísimo la casa en la que vive ahora, siento que podríamos estar bien allí.
Brenda sonrió ampliamente y asintió con alegría.
—Ay, Madelaine, de verdad me encanta el rumbo que ha tomado tu vida. Es como si tu regreso estuviera lleno de cosas bonitas. Y mírate nada más, estás al lado de un hombre que te ama con locura. En serio, eres muy afortunada.
Madelaine dejó escapar una pequeña risa y negó con la cabeza, con humildad.
—Tú no te quedas atrás, ¿eh? También eres muy afortunada. Haidar te ama muchísimo y, pronto, serán u