La madre de Katherine, Lara Walker sollozaba de alegría, abrazando a Katherine con fuerza, temiendo que desapareciera si la soltaba. Su madre, frágil y demacrada, dejó a Katherine con la sensación de que la habían hecho sufrir también. Luchó por hablar durante mucho tiempo.
—Katherine, ¿estás... bien? Te he estado buscando por mucho tiempo, pero no te había podido encontrar. —Lara contuvo las lágrimas, su rostro una vez juvenil ahora estaba desgastado por la edad, pero quedaban rastros de su belleza pasada—. Supe que te operaron y que perdiste a un bebé... Katherine, ¿Qué sucede?
Katherine se puso rígida y su mente se quedó en blanco. No sabía que su familia la estuvo buscando durante esos tres años que Anthony la mantuvo oculta y torturándola. ¿Todo esto era obra de Anthony?
—Es culpa mía por irme de casa. Lo siento, mamá, por preocuparte... Estoy bien. —Katherine se obligó a levantarse, mostrando una leve sonrisa. Al ver tan envejecida a su antes digna y elegante madre, le dolía el corazón—. Mamá, ¿qué te ha pasado en la pierna? ¿Dónde está papá ahora? ¿Está bien?
Madre e hija se abrazaron con fuerza, y la breve calidez calmó ligeramente a Katherine.
¿Por qué Anthony la dejaría ver a su madre?
¿Qué había pasado con su familia Walker? Las palabras de Sofía hicieron eco en su cabeza.
Katherine estaba aterrorizada, temiendo haber causado daño a su familia sin darse cuenta. El cuerpo de Lara también se tensó y sus ojos estaban cargados de tristeza al volver de la alegría de su reencuentro.
—Katherine, tu padre fue a prisión. La familia Walker como la conocían desapareció —las siguientes palabras de Lara sumieron a Katherine en la desesperación.
¿Prisión? ¿Por qué?
Los ojos de Lara estaban llenos de una pena infinita.
El miedo asaltó su mente y Katherine se acurrucó. Sus pensamientos estaban ocupados con lo que podría haberle ocurrido a su familia. En un instante, Katherine sintió como si lo supiera todo.
La familia Walker fue destruida por Anthony, estaba segura.
—¿Cómo pudieron encarcelar a papá? ¿Por qué? ¿Qué pasó con la empresa familiar? —Katherine estaba desolada y a pesar de que sabía lo que estaba pasando, quería que su madre le dijera que no era verdad—. ¿Fue Anthony? ¿Fue todo arreglado por Anthony? ¡Debe ser la venganza de Anthony! ¡Fue él!
Katherine convulsionaba por el llanto, sujetándose con fuerza la cabeza, gritando y murmurando repetidamente. Estos hechos marcaron su corazón como si fuera culpa suya la destrucción de su familia.
¡La imprudente búsqueda del amor de Katherine arruinó a toda la familia Walker!
Solo podía imaginar que la situación de su padre en prisión fuera extremadamente peligrosa bajo la manipulación de Anthony. Katherine era demasiado consciente de la crueldad de Anthony.
—¡Katherine! No seas así... por favor no... —Al presenciar la locura de Katherine, Lara se derrumbó. Sus frágiles nervios estaban al borde del colapso. Lara abrazó a su hija con fuerza, diciendo desesperadamente—. Es culpa mía. No pude protegerte. Tienes que irte de este lugar... vete de aquí... ¡huye!
—Mamá... Le rogaré. Le rogaré para que me perdone y libere a papá. —Katherine, incapaz de distinguir entre las lágrimas y la sangre que brotaba de sus heridas, se arrastró hacia la salida.
Pero por más que llamó a la puerta, no obtuvo respuesta. Lara se desesperó más, secándose las lágrimas y arreglando el pelo de Katherine.
—Nuestra preciosa hija, una Walker nunca debe perder su dignidad. Katherine, recuerda que siempre estamos de tu lado. No tengas miedo y sigue viviendo.
Las palabras de Lara hicieron que Katherine sacudiera la cabeza continuamente.
—Lo siento... Lo siento... Todo es culpa mía...
Quince minutos después, la puerta herméticamente cerrada se abrió de repente. Los guardaespaldas se llevaron a Lara, mientras a Katherine se le aceleraba el corazón y gritaba.
—¡Anthony, te lo ruego! ¡Por favor deja ir a mi familia!
Katherine vio claramente la determinación en los ojos de Lara. Voces sombrías resonaban en la vasta mansión de Ross, haciéndola aún más espeluznante.
Sofía se sentó junto a Anthony, mientras Lara permanecía erguida, equilibrada y digna. Sus modales seguían intactos en ella.
La familia Walker siempre había sido así. Anthony frunció el ceño, recordando que Katherine también era así al principio, orgullosa pero humilde, con una innegable educación grabada hasta los huesos.
—Señor Ross, por favor libere a mi hija. —Después de un momento, Lara habló. Su súplica estaba llena de preocupación, pero extrañamente poderosa.
—Señora Walker, ¿por qué dice eso? Katherine es la esposa de Anthony. Necesita descanso y cuidados adecuados después de su operación y aborto. —Sofía habló con una empatía fingida.
El corazón de Lara temblaba. Si Katherine se quedaba, acabaría muriendo. Lara respiró hondo, tratando de calmarse. Al ver que Anthony guardaba silencio, los ojos de Lara volvieron a llenarse de determinación.
—Pagaré todas las deudas de Katherine. Por favor, no la molestes más. Una vida por otra. Señor Ross, la familia Walker no le debe nada ahora. —Por el bien de Katherine, Lara no tenía otra opción que hacer esto—.
“Katherine, sólo espero que nunca hayas amado a Anthony. Esfuérzate por ser feliz” Susurró creyendo que sus palabras llegarán a su hija.
Lara se armó de valor, se giró hacia el barandal de las escaleras y se arrojó desde arriba sin titubear.
Sus acciones fueron decisivas. Su cuerpo creó un sonido hueco al caer.
Los ojos oscuros de Anthony se abrieron de par en par mientras se levantaba y miraba hacia abajo, notando como se iba formando un charco de sangre debajo del cuerpo inerte de la madre de Katherine.
Era demasiado tarde. El corazón de Katherine temblaba violentamente, y el sonido de las sirenas de la policía y las ambulancias al otro lado de la ventana la hacían estremecerse sin control.
—¡Mamá! —Katherine no sabía qué había pasado, pero su sexto sentido le decía que algo iba mal, así que llamó desesperadamente a la puerta.
Finalmente, la puerta se abrió, y la criada bajó la cabeza.
—Su madre… Ella…
—¿Dónde está mi mamá?
—Falleció.
La mente de Katherine se quedó en blanco. Con dificultad salió por la puerta y las lágrimas fluyeron imparables.
—¡Mamá!
Retumbaron los truenos y una tormenta inició en ese momento.
Katherine se sintió como si hubiera perdido el alma, débil y sin fuerzas. Se cayó, se levantó y se dirigió hasta donde estaba su mamá, tirada en el suelo. Su corazón temblaba, el miedo le drenaba todas sus fuerzas.
¿Lara estaba muerta? ¿Cómo podía estarlo? Katherine se golpeó el pecho, sofocada por la incredulidad.
—No puede ser, no puede.... ¡Mamá! —Katherine gritó, su cuerpo tembloroso perdió el equilibrio y se desplomó.
Adormecida por el dolor, abrazó a Lara con fuerza, rompiendo en llanto. El tiempo pasaba. Katherine apretó la frente de Lara contra su barbilla, tarareando suavemente, tratando de tranquilizarla. Pasó de la locura a la calma.
Lara se había suicidado, aventándose desde la planta alta de la mansión de los Ross. Anthony estaba igual de sorprendido. Él no había esperado esto. Mirando a la desaliñada Katherine, Anthony sintió de repente lástima por ella.
Era la expresión de una pena extrema, pero... Katherine era una mujer despreciable que había causado la muerte de Richard y secuestrado a Sofía.
Se merecía esto, al menos fue lo que creyó Anthony.
Sin embargo, él vaciló, acercándose a Katherine para apartarla de la sangre.
—¿Estás satisfecho ahora? ¿Estás contento de haber forzado a mi madre a matarse? —gritó Katherine, interrogándole. Anthony no pudo dar un paso más.