—Confío en que harás lo correcto —dijo finalmente, aunque su tono era frío—. Pero no juegues conmigo, Sofía. Si algo sale mal, o si descubro que me estás ocultando algo, será mejor que no estés cerca para ver las consecuencias.
Sofía asintió rápidamente, sabiendo que había ganado una pequeña batalla, pero la guerra estaba lejos de terminar.
—No te preocupes, Richard. Todo saldrá bien —dijo, asegurándose de que su voz sonara convincente.
Richard asintió una última vez y, sin decir más, se dio la vuelta y se alejó, dejándola sola en medio del estacionamiento. Sofía respiró hondo, intentando calmarse. Ahora que había logrado desviar a Richard, tenía que pensar rápido. No podía mantener esta mentira por mucho tiempo. Necesitaba encontrar una solución antes de que él o alguien más descubriera que no había ningún bebé.
Mientras subía al auto, su mente ya trabajaba en posibles planes. Necesitaba encontrar una manera de asegurar su posición en la familia Ross, y rápido. No importaba lo que tu