Capítulo 44. Secretos revelados
Corrió como si su vida dependiera de eso a la puerta de la cabaña y tocó con fuerza tantas veces le fueran necesarias, pero nadie salió de allí para atenderlo ni la puerta se abría.
Solo podía escuchar los lamentos y las súplicas de Luz para que se detuviera aquel dolor estremecedor.
Nero sentía que su corazón se partía a la mitad, jamás la había escuchado llorar ni siquiera gritar de dolor como lo estaba haciendo y esa no era la peor parte, lo peor era que en su interior, Raí lo rasguñaba sin parar y él tenía que lidiar con ambas emociones.
Finalmente las lágrimas acabaron resbalando por sus mejillas y cayó de rodillas al suelo pidiéndole al cielo que aquel sufrimiento acabara. Estaba sufriendo más él que Luz o eso pensaba.
Poco después, los gritos cesaron y las puertas se abrieron. La primera en salir fue Ofelia; tenía el rostro pálido y una mirada amarga que se posó por segundos en Nero, y luego se fue con Henry.
Ofelia tomo del brazo al hombre y lo arrastro hasta de vuel