Capítulo 48

Livia

Salimos de la ducha, luego de ayudarle a él, y se vistió con unos chandals, quedándose en la cama mientras pedía que subieran algo de comer.

—Debes cuidarte —le dije cuando me pidió una botella de alcohol— si no quieres morir de la manera más penosa para un capo.

—Eso no me matará —reprochó, abriendo el laptop para trabajar desde ahí—. ¿Qué ha pasado con tu hermano? Poco me han dicho de él.

—Está vivo aún, he pedido fotografías para que se las envíen a Enzo —dije mientras me cepillaba el cabello—. Me… ha dicho algo que me descolocó mucho y que necesito saber si es verdad.

—Dirá cualquier cosa para afectarte, ¿lo sabes? —arqueó una ceja sin apartar la mirada de la pantalla—. No deberías escucharlo, menos si es algo que puede afectarte.

—¿Dices que… lo ignore?

—Sí. Debes olvidarlo —contestó con tanta frialdad que me confundió.

—No puedo, se trata de mi madre. Pensé que estaba muerta, pero él aseguró que no, que se la ha dado a Darío para que se desquite con ella por lo que hice.

A
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