Mundo ficciónIniciar sesiónNo me soltó.
El camino desde mi cabaña hasta la hacienda principal de la manada fue un viaje a través de un mundo que hasta entonces solo había escuchado a la distancia. Era una sinfonía de sonidos, un tapiz de aromas, y ahora, todo giraba en torno a mí.
Los pasos de Ronan eran largos y seguros, sus brazos bandas de acero a mi alrededor, pero su agarre seguía siendo tierno. No se ocultó en las sombras. Caminó por el sendero principal, el que atravesaba el corazón del territorio de la manada. Cada paso era una declaración. Un desafío.
Podía sentirlos. A todos ellos.
Al principio fue solo una ondulación. Un solo latido que se detenía un instante, luego reanudaba su ritmo, más rápido, más ansioso. Después otro. Y otro. Pronto, el aire se llenó con el sonido de docen







