El comedor de la mansión Romanov está en silencio. Las cortinas abiertas dejan entrar la luz de la mañana, suave pero segura. Ya no existe peligro cerca, aunque nunca estarán a salvo ya que mientras el enemigo continue afuera, vivo y planeando, ellos siempre estarán alerta para adelantarse a cualquier maniobra que desarrollen sus enemigos.
Nicolay y Darko han bajado hoy temprano, Darko sale en algunas ocasiones a visitar – lo que considera un medio de vigilancia – cada uno de los refugios. Todos tienen la mima estructura, todos se encuentran debidamente vigilados y ninguno se considera vulnerable. Solo que en ocasiones rota los niños y refugiados para despistar, de otro modo se mantienen con un bajo perfil recibiendo clases particulares de profesores pagados por la fundación Isvetta Romanova, la que funciona también en Rusia.
Una excelente obra con más de un millón de personas refugiadas entre esos dos países.
Y ahora Darko Romanov es el encargado.
“Las buenas obras llegan al cielo, a