Nicolay se encuentra en su oficina, tiene entre sus manos una nueva copia del contrato que, aunque ya firmó Emily. Ha anexado la cláusula que ella mencionó acerca de cancelar la existencia del mismo si la toca sin permiso. No puede negar el hecho de que la desea. Y mientras pase el tiempo, mas lo hará. Pero, así como se abstuvo de tocarla al quedarse dormido profundamente con ella en la cama. Puede mantenerse alejado de su piel, de su olor a fresas con chocolate.
¿Qué cómo lo hará?
No lo sabe.
Pero debe contener su pasión por ella ya que, es el medio para un fin.
—Te estas involucrando —dice Darko mientras le da una calada al cigarrillo —, es peligroso. Ya hemos visto lo que puede hacerte.
—Esto es diferente, no es algo serio.
Responde sin mirarlo. No se percibe a si mismo como un hombre débil. Pero esta chiquilla ha hecho que su cuerpo reaccione de manera extraña para él.
—Vi como la protegiste con tu cuerpo. La bala que te rozó. Era para ella.
Nicolay mira a Darko que apaga la col