74. posesivo, intenso y… peligrosamente tentador
 Ethan frunce el ceño al escuchar mis palabras, inclinando ligeramente la cabeza. Sus ojos intensos me analizan por unos segundos antes de que una sonrisa maliciosa se forme en sus labios.
 —¿Me estás diciendo que fui el responsable de corromper a la chica perfecta de Portland? —pregunta, sarcástico.
 —Digo eso porque, antes de ti, nunca había hecho algo tan… loco. —Pongo los ojos en blanco, pero no puedo evitar sonreír.
 —¿Como subirte al coche de un desconocido y aceptar tomar una copa con él?
 —Exactamente. Siempre quise saber cómo se sentía hacer algo mal, y aceptar una copa de un extraño parecía un buen comienzo —me encojo de hombros, sintiendo que mis mejillas se calientan con el recuerdo.
 —¿Y subir a una suite con ese extraño fue la cereza del pastel? —provoca, con una sonrisa que me hace sonrojar. No puedo evitar reír, sacudiendo la cabeza.
 —En mi cabeza, era perfecto. Nunca más nos volveríamos a ver, así que… ¿qué daño podía hacer una locura? —Me muerdo el labio, dudando an