Punto de vista de Armonía.

Toda la semana había estado pensando en dónde había visto a ese hombre antes, y realmente me estaba volviendo loca. Sabía que lo había visto antes, pero no podía recordar exactamente dónde.

Sacudí la cabeza para deshacerme de los pensamientos y, en cambio, sonreí. Hoy era el día de la fiesta del País de las Maravillas de Caramelo para recaudar fondos para el refugio de mujeres y el hospital infantil.

Las ancianas y los lugareños realmente se habían superado. La sede del club y los terrenos del club lucían mágicos. Unos bastones de caramelo gigantes de color rosa y blanco se alzaban a ambos lados de los escalones de la sede del club. Había grandes piruletas de varios colores y caramelos individuales decorados por todas partes. Algunos colgaban de las ramas de los árboles y otros estaban en exhibición en el césped.

Había enormes conos de helado, donas, pasteles, globos con confeti que parecían hebras de azúcar, ositos de goma gigantes, gominolas que eran pequeñ