Punto de vista de Armonía.
Observé cómo ella levantaba lentamente la cabeza y se podían ver las marcas de lágrimas en su rostro. Me miró y sus ojos estaban rojos de tanto llorar.
—¿Querías hablar conmigo? Pues aquí estoy. Así que hablemos. —le dije de nuevo. Ella miró de mí a las personas que me acompañaban. Se limpió la cara y la nariz con la manga.
—Gracias por venir. Quería disculparme por todo lo que te hicimos. Sé que fue un error y lo siento, Armonía, por favor, créeme. Estaba fuera de mí por las drogas y el alcohol. Lo único que quiero es hacer las paces contigo. —dijo, tambaleándose para ponerse de pie antes de caer de rodillas e inclinar la cabeza ante mí.
Miré a mi mamá y levanté una ceja. Ella negó con la cabeza. Sabía que no se creía ni una palabra, igual que yo. Haría falta más que un simple lo siento para deshacer lo que ella y ese club hicieron, no solo a mí, sino a todos con los que se cruzaron. Un lo siento no iba a arreglar nada.
—¿Quieres hacer las paces conmigo? Bue