Punto de vista de Guadaña
Le disparé con mi arma a la camioneta negra que había atravesado las puertas del lugar a toda velocidad. Mierda, ¿quiénes eran estos tipos? ¿Por qué nos atacaban? Pronto obtendríamos respuestas. Se alejaron con los neumáticos chirriando mientras corríamos tras ellos, disparando contra el vehículo. Corrí hacia los cuerpos sin vida que habían sido arrojados desde la jaula.
Se me cortó la respiración al acercarme a ellos. No, esto no podía estar pasando. ¿Cómo los habían encontrado? Hacha y Deanna. Estaban recorriendo el país en su nueva autocaravana, a kilómetros de aquí.
Salvaje vino corriendo hacia mí. Cayó de rodillas y los abrazó. Mi padre venía detrás de él, y Ángel y mi madre detrás de él.
Me puse de pie y miré alrededor del lugar, viendo a miembros que ayudaban a otros a levantarse. Esto era un mensaje, ¿pero por qué?
—¡Nooooo! —el grito de dolor de nuestro presidente me conmovió. Estaba destrozado. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Hacha y Deanna eran co