Al darme la vuelta, observé a un tipo ostentoso bajando del Bugatti. Me detuve en seco. ¡Guau! Era muy guapo. ¿Así que este debía ser el novio? Con razón Rebel se acostaba con él. Lo que yo no daría para... No, no. No podía pensar así, era su novio. Pero vaya, si lo hubiera conocido primero.
—Tú debes ser Diego. Soy Daniel —caminó hacia mí y extendió su mano. Salí de mi estupor mientras él me sonreía con suficiencia—. Antes de que preguntes, sí, lo soy.
Tragué saliva mientras miraba alrededor para asegurarme de que nadie estuviera escuchando.
—Lo mismo que tú y ella. Sé que la amas, igual que yo. Quiero que seamos amigos. Buena jugada decirle lo que sientes. Esto hará las cosas más fáciles para todos —me dijo, y lo miré como si estuviera hablando en otro idioma. Se rio, y eso me hizo estremecer. Le estreché la mano y se me cortó la respiración.
—Ella nunca aceptará esto —dije para mí mismo, ¿o lo dije en voz alta? Él levantó una ceja perfectamente esculpida. Mierda, lo había dicho en v