“Estoy bien, estamos bien. Hay un hombre muerto en la puerta del baño en mi habitación. Las cámaras de la casa deben haber grabado la furgoneta y lo que pasó. Le dije a la policía que nosotros nos encargaremos de esto dentro del club. Sin límites.” Le informé mientras me ponía de pie con Rebel en brazos.
“¿A dónde vas?”
Salvaje me detuvo y mi hija extendió sus brazos hacia él, así que se la entregué, la sostuvo fuerte, besándole toda la cabecita y la carita. Ella finalmente se rio.
“Para acabar con esto, quiero a Foxy. ¡La quiero ahora!” Le dije, él me miró. Por favor, Dios, que esté de acuerdo.
“Está en el club.” Respondió.
Sonreí mientras bajaba los escalones de la ambulancia, silbé para que Boomer llegara corriendo.
“¿Sei pronto per andare a caccia? (¿Listo para cazar?)” Le pregunté.
Él se sentó esperando mi siguiente orden, por lo que sonreí, orgullosa de mi chico. La ropa con su sangre estaba en la casa. Crucé la cinta que delimitaba la escena del crimen, pero nadie me detuvo.