Punto de vista de Luna
Esa pequeña zorra, ¿quién carajo se creía que era? ¿Cómo se atrevía a volver aquí y causar este alboroto? Todo era más fácil cuando no estaba. Ahora regresó, y con dos bombones. Deberían ser míos.
Siempre me había atraído Diego, y sé que yo le atraía a él. Ahora ella aparecía reclamando tanto a él como a un maldito Don de la mafia. ¿Por qué? ¿Por qué el destino tenía que ser tan cruel? ¿Por qué no podía tener lo que ella tenía?
Mamá y papá siempre hablaban de ella. Rebel esto, Rebel aquello. Dios, ya era exasperante. Debería haber muerto aquella noche, pero no lo hizo. Joder, debería haber muerto cuando tenía dieciséis años después de meterse esa coca adulterada, pero no. Rebel seguía viva. Pero no por mucho tiempo.
Estaba harta de ser la segundona, de siempre ir después de ella, de vivir bajo su maldita sombra. Había trabajado demasiado duro para que ella simplemente regresara como si nada a mi familia. Siempre nos había culpado a Rodri y a mí por alejarla de nu