—Pero Guadaña, él también te besó. Así que tu relación no puede ser tan estable —dijo uno de los miembros. Tenía razón. Miré a Diego cuando Daniel comenzó a hablar.
—Estamos en una relación poliamorosa. Ella no pudo elegir, así que acordamos que los tres estaríamos juntos. Sé que puede parecer extraño para todos ustedes, pero el amor es amor —se encogió de hombros y miré a Diego y luego a Daniel. Él me guiñó un ojo. ¿Qué demonios estaba haciendo? Volví a mirar a Diego y noté que estaba tenso.
—Ya era hora, carajo. Jesús, Guadaña, todos nos preguntábamos cuándo saldrías del clóset. Felicidades, hermano —dijo Sabueso, y el resto de los miembros sonrieron. Espera, ¿todos lo sabían y estaban bien con eso? Vaya, que me parta un rayo. Parecía que el club se había modernizado.
—Bien, ahora que eso está resuelto, necesitamos un plan para sacar a los Serrano de nuestras calles, pero debe hacerse discretamente. No podemos lanzarnos a esto a toda velocidad. Necesitamos ser estratégicos —dije, y t