Silvia había estado a punto de borrarlas, pero por alguna razón no lo hizo. Quizá, en el fondo, estaba esperando este día para poder confrontar a su hijo con la evidencia. Le pidió a una empleada que le trajera su celular y, tras encontrar la foto, se la mostró.
Gabriel reconoció la imagen. Era de aquella noche en que bebió de más, cuando Andrés llamó a Mónica para que fuera a cuidarlo. La tensión de su hijo se hizo cada vez más obvia, lo que le confirmó a Silvia que no le estaba diciendo la verdad.
—Un hombre y una mujer, solos en un hotel desde la madrugada. ¿Y esperas que te crea que no pasó absolutamente nada entre ustedes? ¿Que no te acostaste con ella?
Gabriel dejó el celular sobre la mesita de centro y, levantando la mirada, le explicó lo que realmente había ocurrido esa noche.
Tras escucharlo y atar cabos con algunos rumores que había oído últimamente, Silvia comprendió que su hijo había sido víctima de una trampa de esas dos personas. Y por culpa de su engaño, había perdido a