Capítulo 609
Leo la escuchó, se subió al auto y se fue.

Regina se quedó mirando hasta que el auto se perdió en la distancia y solo entonces se dio la vuelta para irse.

No pidió un taxi; comenzó a caminar por la calle, sola y sin rumbo.

El sonido de su celular la sacó de sus pensamientos. Se detuvo para contestar y vio que era Alicia. Contestó.

La voz de Alicia sonaba especialmente dulce.

—Mi niña, estoy afuera de tu departamento.

—Mamá, no estoy en casa ahora.

—¿Estás en la tienda? ¡Qué bueno! Voy para allá y comemos juntas. Después podemos ir de compras, quiero ver ropa de temporada. ¿Me ayudas a escoger?

—Claro.

Después de colgar, Regina pidió un taxi a la plaza.

Aunque Alicia solía preferir la comida ligera, ese día le apetecía algo con más sabor. Después de dar una vuelta por el centro comercial con su hija, entraron a una parrillada.

En cuanto el mesero les dejó los cortes de carne en la mesa, Regina tomó las pinzas y comenzó a colocarlos en la parrilla.

Su madre la ayudó. No dejaba de observa
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