Era un número sin identificar.
Regina abrió el mensaje sin darle mayor importancia y se encontró con una foto íntima.
El protagonista era Maximiliano; dormía con los ojos cerrados, el torso desnudo delatando la escena.
[Seguro tú nunca te acostaste con él, ¿o sí?]
Ella supo de inmediato quién se lo había enviado y marcó el número.
Al otro lado contestaron con rapidez, y una voz dijo con una risita:
—¡Sabía que me ibas a llamar!
—¿No dijiste que si no te perdonaba, no volverías con él?
—Fue él quien me buscó, no tuve opción.
Al escuchar el tono de triunfo en su voz, Regina hizo un esfuerzo por contener su ira.
—Sus asuntos no me interesan en lo más mínimo.
—Ay, Regi, ¡qué bien actúas! —replicó Jimena, con un dejo de rencor—. Creí que cuando te fuiste de casa de los Valderrama era porque querías cortar con Maximiliano. No me imaginé que solo estabas jugando a hacerte la difícil. ¿En serio pensaste que por mudarte él se iba a arrepentir de haber terminado conmigo? No le importas nada. Ni