—¡Atrévete!
—Si te vuelves a aparecer por aquí, ¡ya verás si me atrevo o no!
Regina, con un gesto de evidente fastidio, cerró la puerta con fuerza.
...
Gabriel consultó la hora en su celular. Habían transcurrido diez minutos; ella ya debía de estar arriba.
Se disponía a marcharse en su carro, cuando vio a alguien salir del edificio de apartamentos.
Era Maximiliano.
Él, con evidente molestia, subió a su carro y se fue.
Al percatarse de que salía del edificio, tomó su celular de inmediato y le marcó a Regina.
El celular sonó varias veces antes de que ella contestara.
—Gabriel, ¿qué pasó? ¿Por qué me llamas?
—¿Estás bien? ¿No tuviste ningún problema?
—No, ya entré y cerré con llave. No te preocupes por mí.
Había querido indagar más, pero optó por colgar.
...
Al esposo de doña Rosa lo había arrollado una motocicleta esa mañana, mientras llevaba a su nieto al kínder.
Doña Rosa le había llamado a Gabriel para avisarle que no podría ir a trabajar por un tiempo.
Él había pensado mandarle un me