Cuando Gabriel regresó del trabajo, no encontró a Regina por ningún lado. Sobre la mesa del comedor solo había una lonchera térmica de color rosa, idéntica en tono y con el mismo diseño de dibujos animados que el vaso térmico que él llevaba en la mano.
Encima de la lonchera había una nota adhesiva.
[Perdona, la señora Valderrama me llamó para que fuera a cenar a su casa. Te preparé algo rápido y lo dejé en el termo. Cena algo ligero, ¿sí? Mañana vengo y te cocino un festín.]
Al lado, había dibujada una carita sonriente.
Observó aquel trazo descuidado y una leve sonrisa se dibujó en sus labios. Sin embargo, al reparar en las palabras «señora Valderrama», un gesto de inquietud asomó a su cara casi sin que se diera cuenta.
...
Regina llegó de nuevo a la casa de los Valderrama.
El señor Valderrama no estaba; en la casa solo se encontraba Alicia.
Alicia, sabiendo que Regina llegaría, había pedido a la cocina que prepararan los platillos favoritos de la joven. Mientras ambas cenaban entre ri