Al escuchar cómo le daban la vuelta a la situación para culparla, la furia se apoderó de Regina.
—¿Fui yo la que las provocó? Cuando andaban inventando chismes de mí, ¿se acordaron de que era el cumpleaños de Victoria? Ya que ustedes empezaron, vamos a arreglarlo aquí, delante de todos. Quiero pruebas. Si pueden sacar una sola prueba de que seduje a Gabriel con trucos, me disculpo con ustedes frente a todos. Pero si no las tienen, son ustedes las que se van a disculpar conmigo. Si no, llamo a la policía.
Su voz sonó firme y decidida. Nadie esperaba que esta vez se mostrara tan inflexible. Las conversaciones animadas de los invitados se detuvieron de pronto, y todos voltearon a ver qué pasaba. Victoria también se dio cuenta del alboroto y se dirigió hacia ellas. Cuando iba a hablar, una voz de hombre, con un toque despreocupado, se adelantó.
—Vaya, ¿qué está pasando aquí?
Todos se giraron hacia la voz y vieron a Andrés Figueroa, vestido con un traje impecable, con un aire atractivo y un