El comentario de Gisela sorprendió a todos los presentes, y algunos comenzaron a felicitar a Mónica.
—¡Qué emoción! Al final el amor triunfó. Felicidades.
—¿Cuándo es la boda? Para ir preparando un buen regalo.
—Qué bien te lo tenías guardado. Solo se lo contaste a Gisela, ¿o es que ya no soy tu amiga?
—Gisela tiene razón, ellos ya se van a casar, no deberías seguir…
Regina interrumpió.
—A ver, ¿alguno de ustedes me vio coqueteándole a Gabriel?
El murmullo se apagó. Regina miró a Gisela y luego a Mónica, que estaba a su lado, y sonrió.
—Si ustedes terminaran con un novio, ¿también le guardarían luto eterno y se harían monjas? Porque si no te quedas sola, eres una zorra, una fácil, una cualquiera, ¿es lo que quieren decir?
Con cada palabra, las caras de las presentes se tensaban un poco más. No le importaba si se molestaban. No había venido a que la pisotearan; si no la iban a dejar en paz, ella tampoco se los iba a permitir a ellas.
—Si ella no lo hubiera superado, habría regresado muc