—¡Eso demuestra que Sebastián Rivas te da buena suerte! Es una señal, así que no puedes dejar pasar esta oportunidad. Si consigues trabajar con su equipo, podrías, como yo, empezar a colaborar en proyectos grandes. Una vez que te hagas de renombre, podrías lanzar tu propia marca. ¿No sería increíble?
El sueño de Regina siempre había sido crear su propia marca de joyería, y Andrea la conocía mejor que nadie.
—Voy a intentarlo el martes.
—Perfecto, ya quedamos. Y ni se te ocurra cancelar por culpa de cierta "personita". Las oportunidades no se presentan tres veces.
Ella emitió un suave sonido de afirmación.
Era jueves. Para el próximo martes, su resfriado ya habría desaparecido.
Dejó el celular a un lado y volvió a recostarse para dormir. Apenas cerró los ojos, escuchó el sonido de la puerta al abrirse. Abrió los ojos y vio entrar a Gabriel.
Al verlo en bata de baño subiéndose a su cama, abrió los ojos como platos.
—¡¿Qué haces?! ¿Por qué vienes a dormir aquí?
Levantó la cobija, se metió