El ambiente fue un poco más ligero después de que tomaron lugar en la gran mesa. Farkas pidió traer a dos más de sus guerreros afuera, a su estratega y a un rastreador. Ragnar también tenía a dos líderes de la manada.
—Alfa Farkas, he notado que solo ha traído guerreros y líderes importantes, ¿dónde están sus civiles? —preguntó Dean.
—Veo que lo has notado —sonrió Farkas —. Debo empezar confesando que también empezamos a tener ataques de vampiros en nuestro territorio, lo hemos logrado controlar, así que cuando me enviaste esa nota, Alfa Ragnar —lo vio a los ojos —. También fue un alivio para activar nuestro plan.
Se tomó el tiempo para beber un poco de agua y ver a todos, se dio cuenta que estaban atentos esperando la explicación.
—Nuestros civiles están a salvo. Nuestra manada tiene protocolos para los ataques y guerras futuras, así que hace años creamos guaridas secretas, inaccesibles para cualquier desconocido, solo nosotros conocemos el rastro para llegar a ellas, mientras e