—Bien —contesto—. Me daré toda la prisa que pueda. —Miro a Nick y él asiente.
Dejo a Nick en el salón junto con Lucas y me retiro a mi habitación.
Pongo la cabeza boca abajo y me seco del todo la mata de pelo mientras intento ignorar el hecho de que tengo prisa por volver con Nick.
Cuando vuelvo a levantar la cabeza frente al espejo, me lo encuentro apoyado en el cabezal de mi cama. Tiene los brazos cruzados por detrás de la cabeza. Ocupa prácticamente la totalidad de mi cama doble. Apago el secador y me giro hacia sus ardientes ojos oscuros. Quiero saltar sobre esa cama y sobre él.
—Hola, nena —dice mirándome de arriba abajo.
—Hola —respondo sonriendo y con voz insinuante—. ¿Estás cómodo?
Cambia de postura.
—No, últimamente sólo estoy cómodo con una cosa debajo de mí. —Mueve las cejas de forma sugerente.
Esa mirada y esas palabras hacen que me tiemblen las rodillas; remolinos de necesidad recorren cada milímetro de mi cuerpo. Lo miro mientras se levanta de mi cama y se