—¿Te encuentras bien? —pregunto sin saber qué otra cosa decirle. La toma por sorpresa.
Parece estar a punto de echarse a llorar, pero está intentando hacerse la fuerte. Entonces me doy cuenta de que ella no sabe que se ha despertado. Mark debe de haber estado poniéndola al corriente de su estado, pero él tampoco lo sabe.
—Se ha despertado.
Al instante fija los ojos en mí.
—¿Está bien?
—Lo estará, si el muy cabezota le hace caso al médico. —Levanto un tarrito en miniatura de mantequilla de cacahuete que he encontrado en el restaurante—. Y come.
Ella sonríe. Es una sonrisa nerviosa.
—Espero que tengas más de uno de ésos.
—Diez. —Levanto el brazo, en el que llevo colgada una bolsa de papel—. Pero no es de la marca Sun-Pat, así que probablemente la rechace.
Se echa a reír, pero se detiene al instante, y sé que es porque cree que es inapropiado. Probablemente lo sea, y no porque la situación no sea graciosa, sino porque se está riendo conmigo.
—Lo sé todo, Lily. —Necesito que entienda que