Capítulo 458

—Gracias, Clive —responde Nick, feliz de que alguien le recuerde a sus cacahuetes. No ha intentado forzar ninguna conversación durante el trayecto de vuelta a la ciudad, y me ha dejado reflexionar sobre mi reciente descubrimiento: el descubrimiento de que mi primo es un idiota y de que mi marido ha perdido doscientos mil dólares por ello.

—De nada, señor White, de nada. Cuídate, Addison —me dice con severidad, y yo sonrío con cariño mientras su cara gruñona desaparece tras las puertas.

—Has dejado que Clive me llame Addison —señalo de manera distraída.

Me mira con una ceja enarcada y admonitoria.

—¿Y?

—Nada. —Consigo reunir fuerzas para curvar los labios y esbozar una sonrisa. La posesividad de mi esposo me hace gracia y me proporciona las energías necesarias.

—Haré como que no te he oído. —Se esfuerza por no sonreír mientras salimos del ascensor.

Entramos en el ático y cierra la puerta de una patada.

—Pronto no podrás llevarme en brazos —gruño, aferrándome a él con más fuerza. Lo ech
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