Continúa pintándome las uñas sin darle a mi pregunta la importancia que merece. Hay que hacer algo, y a ser posible tiene que hacerlo la policía, no Steve. Aunque agradezco que Nick me haya sacado del país unos días, sé que en parte lo ha hecho para mantener su propia cordura. No puede esconderme en el Paraíso eternamente, aunque sé que él no cree que su ambiciosa intención sea irracional en absoluto, y si sigue comportándose de esta manera tan alegre y relajada, yo tampoco lo creeré. Estamos en el Paraíso, tengo que acordarme de eso. Es porque me tiene sólo para él, sin interrupciones ni problemas. Ésa es la única razón por la que me encuentro tan feliz en el séptimo cielo de Nick. Regresar a Londres me sacará inmediatamente de este estado, estoy segura.
—Lo que va a pasar es que vas a volver al trabajo y vas a cumplir de una vez tu promesa de poner a Paolo al tanto sobre Marcus. —Me mira esperando mi asentimiento, pero me hago la sueca.
—¿Crees que fue Marcus quien te robó el coche?