—¡Bien! —Tessa se acerca a nosotros y me quita la copa de las manos—. El fotógrafo está listo. He pensado que lo mejor será hacer primero las fotos de familia y luego os dejaremos solos para hacer algunas suyas. Van a tener que quitarse las esposas.
Miro mi copa sobre la barra antes de que Tessa trate de quitarle la botella de agua a Nick, que la aparta en el momento justo.
—Ya te he dicho que no vamos a salir en las fotos —dice él.
—¿Ah, no? —pregunto, sorprendida. ¿También va a pisotear esa tradición?
—Tienen que salir en las fotos, de lo contrario, ¿qué recuerdos van a tener? —replica ella, horrorizada. Apuesto a que desearía no habernos aceptado nunca como clientes. O no haber aceptado a Nick, ya que yo no he tenido nada que ver con este día.
—Tessa, haz las fotos de familia fuera —ordena Nick con ese tono de voz—. Yo no necesito fotos para tener recuerdos.
Lo miro horrorizada.
—¿No vamos a salir en las fotos de familia? —Ay, Dios mío, a mi tía le va a dar algo.
—No —res