Tengo que irme de aquí. He de marcharme ahora mismo, pero me quedo paralizada al ver que le introduce algo. No tengo ni idea de qué es, pero es grande y sólo se lo mete hasta la mitad. No puedo apartar la vista. Después se retira y deja que el otro hombre vuelva a penetrarla lanzando un grito antes de colocarse boca arriba debajo de la mujer. Le agarra un pecho con una mano, levanta la cabeza, le toma el otro con la boca y se lleva la mano libre a la polla.
Madre mía. Nick tira de mi mano. Lo miro y veo una expresión de cautela en su rostro. Mi cara debe de ser un poema. Por favor, no puede ser que él también haya hecho eso.
—Vamos, ya has visto suficiente —dice, y tira de mí hacia la puerta que me alejará de todo esto. Joder, mi pobre e inocente cerebro acaba de ver la realidad de este lugar.
—¿Nick?
—Calla, Addison. —Sacude la cabeza sin mirarme. Sabe lo que estoy pensando. Vuelvo a sentirme violenta, más que antes si cabe—. Sólo te necesito a ti —dice, negándose todavi