Capítulo 232

Oasis llena el silencio el resto del camino. Nick se está mordiendo el labio inferior y los engranajes de la cabeza se mueven tan de prisa que casi puedo oírlos. Sonrío porque, si no estuviéramos en un lugar público, me echaría un polvo de entrar en razón ahora mismo. Como no puede ser, tiene que maquinar otra cosa para salirse con la suya.

Aparca y me mira.

—Tengo una propuesta —me dice, confiado.

Los engranajes. No me cabe duda de que el resultado de la propuesta será que él se saldrá con la suya.

—No voy a negociar contigo, y no puedes echarme un polvo de entrar en razón, ¿verdad? —digo muy segura al salir del coche.

Nick salta del asiento y viene junto a mí. Me clava la mirada.

—¡Esa boca! Ya me debes un polvo de represalia.

—¿Perdona?

—Por tu pequeño numerito del desayuno.

Sabía que no iba a salir impune.

—Digas lo que digas, no vas a comprar mi ropa —replico, altanera. Me viene a la mente el comentario de Nick acerca de comprar sólo vestidos. Lo decía en serio.

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