Después de cenar comida china nada equilibrada, me ovillo en el sofá bajo el brazo de Nick. Me acaricia el pelo mientras ve un programa de MotoGP. Está claro que le apasiona: está muy concentrado en la televisión. Me acurruco a su lado y me pregunto qué pasará mañana. Ya ha negociado la comida con un polvo de entrar en razón que quitaba el sentido. Podría negarme, pero entonces me caería un polvo de recordatorio. No estaría mal...
Estoy adormilada y mi mente se encierra en sus actividades desconocidas en el Hotel. ¿Es necesario que me entere de todos los detalles? Lo creo cuando dice que no tiene ojos para otra mujer, de verdad, así que investigar sobre sus ex amantes no va a llevarme a ninguna parte; sólo conseguiría ponerme celosa. El hecho de imaginármelo con otra me pone enferma. Ya tiene una edad (que ahora ya la sé), y es un hombre muy atractivo. Seguro que tiene un montón de conflictos sexuales, pero forman parte del pasado, como él dice. Sólo importan el aq