Se encoge de hombros como si no fuera importante, lo que me cabrea. ¿Mi temor estaba justificado y ahora espera que me olvide como si nada con sus evasivas y su silencio?
—No iba a bebérmela, Addison —repite, un poco molesto.
Me deja de piedra.
—¿Te la beberías si te dejo?
Sus ojos vuelan en busca de los míos y el pánico se apodera de él.
—¿Vas a dejarme?
—Necesito que me des respuestas. —Lo estoy amenazando, pero siento que no tengo otra opción. Hay cosas que tiene que decirme—. ¿Por qué está Marcus tan interesado en nuestra relación?
—Su mujer lo ha dejado —se apresura a responder. —Porque te acostaste con ella.
—Sí.
—¿Cuándo?
—Hace meses, Addison. —Sus ojos son sinceros—. Era la mujer que se presentó en el Gramur. Te lo contaré antes de que vuelvas a amenazar con dejarme. —Me encanta su sarcasmo.
—No estaba preocupada por ti...
—Puede que sí, pero también me desea.
—¿Y quién no? —digo, sorprendentemente tranquila.
Asiente.
—Se lo dejé muy claro, Addison. Volvió a