De camino a la habitación de Arya me encuentro con el Sacerdocio. Estaban en el pasillo frente a la habitación de la italiana. Ya no me sentía mareado y no me dolía el cuerpo, pero si quería saber en qué estado se encontraba Arya. Ella fue la que se llevó la peor parte.
Ojalá ese hombre que maté reencarne y así poder matarlo nuevamente, pero esta vez, con más lentitud.
Merece muchas muertes antes de besar la gloria.
—Ya estás tomando por costumbre usar ropa de hospital —dice, Nikolas, cuando me ve.
—Pero se ve guapo —bromea, Kylian.
—¿Define guapo? —pregunta, Maksym.
—¿Qué hacen aquí afuera? No fue una emergencia lo que sucedió hoy —les pregunto, ignorando sus bromas.
—Las chicas querían ver a tu futura esposa —responde, Fabrizio.
—No... —voy directo hacia la puerta.
—Ahí están las cuatro. Puedes pelear con todas. De hecho, estábamos muy cómodos aquí afuera —escucho a Kylian.
—Toda la culpa es tuya si se molestan —miro a Nikolas.
Niego con la cabeza y entro a la habitación. Ni siquier