Nicolás
Decir que perdí el control era poco decir. Después de obligarme a salir de la mansión se necesito de un grupo de soldados para contenerme.
No estaba preparado para lo que Shadow revelaría tan de repente. -Compañera-
El celo de Sarah la había revelado ante mí, como compañera predestinada, no tenia la menor duda de ello.
No obstante mi mente racional sabía que ella ni siquiera la sabía, y que Shadow la reclamaría, si era necesario por la fuerza. Este último pensamiento me obligó a una cosa. - Encierrenme en las mamorraz. Que mis cadenas sean de plata de la mejor calidad. Traigan al médico para Sarah y no la dejen acercarse a mí, hasta que esté suceso haya acabado-
Esas fueron mis últimas palabras racionales, todo después de eso es solo una serie de imágenes borrosas, que pasan una a una ante mí. Lo último que recuerdo es un golpe rotundo y después nada.
Desperté tirado entre paja, encadenado de pies a cabeza, los barrotes de la celda eran de plata; pero aún así me preguntaba